La escultura ovoide original, de 260 x 450 centímetros, fue construida en el Instituto Di Tella en 1965, utilizando material desplegado y yeso. Ahora sirve a Martínez como inspiración para esta exposición de creación curatorial, que investiga dónde comienza y dónde termina la conciencia y su relación con el arte. Junto con el huevo, se exhiben dos obras más de Peralta Ramos: My Life is My Best Work of Art [Mi vida es mi mejor obra de arte], 1981 y Mandarina cósmica [Cosmic Tangerine] ca.1964-1967, y un conjunto de piezas -principalmente videos- de los artistas Petra Cortright, Marcelo Galindo, Eduardo Navarro, Takeshi Murata, Wilfredo Prieto, Jon Rafman y William Wegman
La curadora vincula la obra Nosotros afuera de Peralta Ramos con las investigaciones de Douglas Engelbart, el padre del hyperlink. Al igual que el hyperlink, el huevo es un monumento simbólico del final de toda línea recta, una forma elíptica que contiene todo tipo de energías curvas en continuo movimiento y que genera diversas conectividades entre materia orgánica, simbólica, estética y semántica: el origen de la vida. Ya no hay un comienzo y un final de frase que dote a las palabras de orden y sentido. Una vida nueva con una lógica también nueva.
En palabras de Chus Martínez: “Esa nueva forma de vínculo, fundamental para este siglo que aún está empezando, es lo que yo llamo ´Era Metabólica´. Aficionados como somos a la territorialidad temporal, tras la Modernidad acontece este nuevo tiempo. Esta pequeña muestra lo anuncia. De hecho, no necesitamos más. Lo importante es hacerlo desde aquí, desde Argentina, desde el espacio más interno más recogido del MALBA, y de la mano del artista más cándido y visionario. Se exhibirá un conjunto de obras –la mayoría en video– llamadas por el camino de una nueva inocencia estético-epistemológica cuya misión es convencernos de que debemos empezar a educarnos, ya no en el ejercicio crítico, sino en la abundancia propositiva de ideas y mundos. Eso es el ahora del mañana”.
La Era Metabólica es el segundo capitulo de la investigación de Chus Martínez. El primero se presentó en el espacio de e-flux de Nueva York como We, The Outsiders del 5 de septiembre al 1 de noviembre de 2014, e incluyó la películaMarkeneier [Huevos de Marca] (1967) del cineasta alemán Lutz Mommartz; un cuaderno de viaje al núcleo de un volcán del artista argentino Eduardo Navarro; y obras de la pintora polaca Agnieszka Brzeżańska, entre otros proyectos. Presentación de la curadora
Pareciera imposible querer justificar el nacimiento de Internet y los nuevos medios a partir del "huevo" de Peralta Ramos. El "huevo" es el nombre coloquial que tiene en mi mente porque la obra me acompaña ya desde hace algunos años. Realizada en 1965, en el contexto de una exhibición en el Instituto Torcuato Di Tella, se considera la frontera de la carrera de Federico Manuel Peralta Ramos, aunque la realidad sea otra y él siguiese produciendo.
La "realidad" sin embargo nos interesa solo a medias y por esa razón esta obra es para mí el inicio de Internet. Sí, no me malentiendan, exactamente eso. El huevo, el símbolo por excelencia de la posibilidad de un lenguaje privado en la época victoriana –Humpty Dumpty– es por partes iguales el contenedor de toda la información (genética) que se necesita para la vida y el mayor enunciado de un nuevo comienzo. Por esa razón, el mundo fuera del huevo es una suerte de sirena digital, mitad cibernética, mitad idiotez. Esa mezcla de idiotez mediática es uno de los mayores logros del arte desde la segunda mitad del siglo veinte hasta hoy.
A ustedes igual les parece que desfiguro la realidad, pero es precisamente ese proceso de desfiguracion de lo real lo que define la investigación en el terreno artístico. La desfiguración de los lenguajes artísticos, estéticos, informativos, linguísticos, sociales y materiales en una actividad que el arte realiza de un modo continuo sin hacer mucho ruido, por lo bajito, y que tiene un efecto mayúsculo en la transformación de nuestros sentidos, de nuestra forma de percibir y, por tanto, de pensar.
Esa "desfiguración" es orgánica no formal. Es por ello que hablo de una era metabólica, un tiempo –el nuestro– que se despide de los modos modernos de ordenar el tiempo y su producción, para adentrarse en un mundo donde los cambios se producen de un modo más osmótico que consciente. Un mundo marcado con un sentido de la absorción que terminará con los sistemas duales: antes / después, centro / periferia, hombre / mujer, humano / natural, etc...
¿Estamos preparados? Nuestro guía es el huevo y este mi personal homenaje a quien muy pronto se dio cuenta que cambiaremos por contacto, no por consciencia.