Arte en movimiento
Junto con sus colegas del GRAV, Julio Le Parc propuso en los años 60 una ruptura con la tradición artística que había prevalecido hasta entonces, alejándose de la pintura yacercándose a una concepción dinámica de la obra de arte. “Las primeras experienciasque hice con elementos móviles partían de las cajas luminosas, y se realizaron a comienzos del año 1960. Estaban destinadas a servir como una suerte de diafragmas quemodificaban sus formas según su posición, dejando pasar más o menos cantidad de luz. Me di cuenta, casi de inmediato, que con ellas podía experimentar, de forma independiente, los mismos problemas que me preocupaban en aquél momento. Es decir, la múltiple variedad de situaciones en una misma experiencia.
Las nociones de movimiento, de inestabilidad y de probabilidad se me aparecían de forma muy clara, se desarrollaba el trabajo con contingencias exteriores a la obra. La tendencia a alejarme de la noción de obra estable, única y definitiva, se acentuaba cada vez más”, explica Le Parcen el catálogo de exposición Le Parc, que se realizó en el Centro de Artes Visuales delInstituto Torcuato Di Tella, Buenos Aires, en 1967.
El deseo de Le Parc era crear obras que estuvieran en perpetua transformación y en constante inestabilidad. Sus investigaciones científico-mecánicas resultaron en interesantes juegos azarosos de luces y sombras, donde la participación del espectador completa la obra de arte activándola con su percepción y su presencia interactiva. El artista crea las condiciones, pero las superposiciones y constelaciones específicas de los fenómenos lumínicos son casuales.
“Este juego con lo aleatorio conduce constantemente a situaciones nuevas y sorprendentes que nunca son abarcables en su totalidad. La experiencia de estos sucesos lumínicos fugaces nos lleva a reflexionar sobre lo inestable de la realidad y sobre el fluir de la vida con sus múltiples refracciones y reflejos”, afirma Hans-Michael Herzog y agrega: “Con serenidad y mano suave, Le Parc nos eleva hacia un calidoscopio universal que fluye, resplandece, danza y vibra, y cuya belleza y encanto nos atrapan y ya no nos abandonan”.
Arte liberal y democrático
Las obras cinéticas de Le Parc se sustraen de manera deliberada de cualquier interpretación específica. En un mundo en el que todo está ordenado, Le Parc buscaofrecer al hombre la oportunidad de romper con su existencia reglamentada. Su intención es liberar al observador de su dependencia y hacerlo participar en la acción, integrándolo en su obra de arte total y sumergiéndolo en una experiencia lumínica.
Para Hans-Michael Herzog: “En la negación rigurosa de cualquier pretensión de lo absoluto es donde reside el aspecto más profundamente humano de este arte a la vez que el más político: un arte que se concibe como liberal y democrático, respetuoso de los hombres, antiautoritario y enemigo de cualquier tipo de culto al genio”.
En una conversación entre el curador y el artista en París en 2005, Julio Le Parc afirma: “La política me interesa como a cualquier persona. Luego, el análisis que hice –dentro del GRAV y por mi parte– sobre los mecanismos de creación del medio artístico, la valoración y la difusión de la obra de arte, me demostraron que respondían a una cultura política ya dada. Entonces tratamos de ver dónde se podía ejercer una influencia. Empezamos a reflexionar sobre nuestra situación y el punto de partida era: o se trabaja para una élite–los críticos, los directores de galerías y museos y los coleccionistas–, o se trata de hacer algo que pueda establecer una relación directa con la gente, sin necesidad de pasar por lo impuesto por el circuito”.
Y agrega: “Si una persona entra en una exposición como la mía, para mí es suficiente si sale con la sensación de haber sido parte de una experiencia, ya sea por el movimiento o por las luces, ya sea porque tiene que participar en algunas obras como los juegos o las encuestas, ya sea porque la presencia frente a una obra va provocando cambios.”
La alegría y el carácter lúdico, aspectos que caracterizan a la obra de Le Parc, son una afirmación política y convierten su trabajo en universal. Para Hans-Michael Herzog: “El jardín mágico de luz que Le Parc ha puesto en escena nos devuelve a la infancia, nos transforma en niños cautivados por su propio juego y abstraídos del resto del mundo”.
Catálogo
Junto con la exposición, Malba presenta la edición en español, con traducciones en inglés, del catálogo producido por la Colección Daros Latinamerica en Zúrich, Suiza, y HatjeCantz en 2013, con motivo de la exposición Le Parc Lumière en Casa Daros, Río de Janeiro.
La publicación (240 páginas) fue editada por Katrin Steffen y Hans-Michael Herzog e incluye los textos y manifiestos históricos de Julio Le Parc; un texto sobre el Groupe de Recherche d’Art Visuel (GRAV, Grupo de Investigación de Arte Visual), escrito porAlexander Alberro (historiador del arte, autor de diversos libros y profesor del Barnard College, de la Universidad de Columbia, Nueva York); un texto de Bettina Kaufmann, curadora suiza, y Käthe Walser sobre la obra Lumière sur ressort, de 1964; y el testimonio de Käthe Walser sobre el proceso de restauración de las instalaciones.